Triunfo histórico y una vida más para Juventud
En un partidazo que tuvo de todo y que quedará para la historia, Juventud Antoniana, con dos jugadores menos en cancha, le dio vuelta el clásico que ganaba Central Norte por la mínima diferencia, y le terminó arruinando la fiesta de local e imponiéndose con justicia por 3 a 1.
Así, el Santo rompió una mala racha personal de 13 partidos sin ganar, le cortó el invicto de 18 juegos sin perder al Cuervo, y se ganó una vida más en la lucha por la permanencia.
Con entereza, garra y convicción, el equipo del debutante Luis Flores, con la aparición de varios valores de la primera local, se impuso no sólo a un desconocido Central, sino también a las limitaciones y errores propios de siempre, para quedarse con el clásico y gritar un desahogo gigante y esperanzador.
Pero para llegar a eso, primero tuvo que sufrir. Después de avisar en la primera jugada, el equipo de Victor Riggio abrió la cuenta por medio de César Gómez: en un saque lateral, donde el Santo durmió, Reyes la bajó y el Pampa se encargó de poner el 1-0 con un gran remate.
Pero al Cuervo esta vez no le salieron las cosas, y salvo un cabezazo de Giordano que pegó en el palo y travesaño sobre el final del primer tiempo, y dos acciones claras en el complemento donde el arquero Santiago Nogales fue vital, al partido lo dominó el Santo en juego y en acciones. Exigió a Germán Salort con un inquieto Romero buscando el gol, con un remate Arraya, luego hubo otro disparo de Vargas y una más de Vanetta. La pelota no entraba, una vez más.
Con el mismo ímpetu arrancó el complemento, pero esta vez, el arco se abrió. A los 2’, Salort rechazó un remate de Vargas y Claudio Burgos rescató el rebote para marcar el 1-1. Y a los 15’, se vino la remontada: un tiro libre de Bracamonte que Salort rechazó y Eduardo Buruchaga convirtió para el 2-1. El Martearena era un desconcierto total.
Luego vinieron las rojas -doble amarilla para Vargas (J), roja para Nallím (J) y también para Chavarría (C)-, y un final para el infarto. Hubo gol anulado por offside a Sebastián Navarro, y a los 51’, un golazo de Juan Perillo desde afuera del área para el 3-1 final y épico.