En el rearmado de los Concejos Deliberantes de la provincia durante la semana, Campo Quijano fue uno de los más ordenados, al menos por ahora. En una jornada breve, sin debates y marcada por acuerdos previos, el cuerpo legislativo definió sus nuevas autoridades y dejó una primera señal de cómo podría configurarse el juego político en los próximos dos años.
La sorpresa llegó con la elección —por voto unánime— de Tomás Falcone, referente de La Libertad Avanza, de apenas 25 años, como nuevo presidente del Concejo Deliberante. La decisión fue leída por varios sectores como un reflejo del peso electoral que la fuerza libertaria viene acumulando en el municipio y como parte de una estrategia más amplia de reconfiguración del poder local.
La conducción del Concejo quedó integrada de la siguiente manera:
-Presidente: Tomás Falcone (La Libertad Avanza)
-Vicepresidenta 1ª: Lorena Torres (Unión Cívica Radical)
-Vicepresidente 2º: Nicolás Montero.
En paralelo, se aprobaron sin objeciones las designaciones de la estructura administrativa: Luis Reyes como secretario parlamentario, Fátima Liendro como secretaria administrativa, Eduardo Gabriel Alanjay como prosecretario administrativo y José Salva como auxiliar administrativo.
El trámite legislativo fue rápido y sin cruces. Todas las mociones fueron únicas y propuestas por la concejal Lorena Torres, la única edil del período anterior que logró renovar su banca. No hubo discursos extensos ni objeciones, una postal que varios actores locales describieron como “ordenada”.
La renovación del cuerpo dejó afuera al exconcejal silletano que había protagonizado reiteradas polémicas en el período anterior, cerrando así una etapa conflictiva para el Concejo.
Aunque el desarrollo fue mayormente calmo, hubo un episodio que rompió la monotonía durante la jura de la concejala Adriana Tolaba, quien decidió que el texto fuera leído por su esposo, el veterano de Malvinas, Jorge Pastrana. La objeción fue desestimada.
Lorena Torres: resignar para fortalecer
En diálogo con Nuevo Diario, Lorena Torres aportó una lectura política más profunda del armado que se definió en Campo Quijano. Reconoció que, en la previa, existía un fuerte respaldo social para que asumiera la presidencia del Concejo. “Había un acompañamiento grande de la comunidad para que yo fuera presidenta”, señaló, aludiendo a debates que se habían dado tanto en redes sociales como en medios locales.
Sin embargo, explicó que el escenario político la llevó a priorizar una estrategia más amplia. “Yo quería asumir ese desafío, pero no estaban dadas todas las condiciones. Puse por encima de un objetivo personal un objetivo mayor, que es afianzar la oposición y consolidar un bloque que pueda cumplir su rol”, afirmó.
En ese sentido, Torres confirmó que acompañó la iniciativa de los concejales libertarios para que la presidencia quedara en manos de Falcone. “También representa la voluntad del municipio. En las últimas elecciones el apoyo a esta nueva fuerza fue contundente”, sostuvo, y remarcó que la votación fue unánime, sin resistencias internas.
La vicepresidenta primera destacó que, a diferencia de períodos anteriores, la oposición podría contar ahora con cuatro votos, lo que abre una expectativa distinta para el funcionamiento del Concejo. “La oposición no está para poner palos en la rueda, sino para equilibrar el poder, controlar y garantizar transparencia”, remarcó.
Uno de los ejes más críticos de su análisis estuvo puesto en el funcionamiento institucional del cuerpo. Torres advirtió sobre falencias históricas en el acceso a los expedientes, en las rendiciones de cuentas y en las decisiones unilaterales de las presidencias anteriores. “El gran desafío es que el Concejo deje de ser una oficina más del Departamento Ejecutivo”, afirmó, una situación que, según dijo, se repite en muchos municipios del Valle de Lerma.
También reclamó mayor transparencia administrativa, reglas claras y respeto por los procedimientos. “No puede ser un levantamiento de manos con libros cerrados. La democracia necesita debate, análisis y argumentos”, enfatizó.
Lo que dejó este miércoles Campo Quijano es, para muchos, apenas la foto del primer día: un Concejo ordenado, sin cruces y con acuerdos amplios, por ahora.



