Una obra de Maurice Ravel en un concierto didáctico para todo público
La Orquesta Sinfónica de Salta preparó para su concierto de este viernes 25 de agosto a las 21, en el Teatro Provincial una audición didáctica con la obra “Mi madre La Oca” (Ma mère L’Oye) compuesta por Maurice Ravel, nadada por Andrés Araya García y dirigida por Elizabeth Vergara.
El programa para este concierto es especial está destinado a todo público con entrada libre y gratuita, sin invitación y por orden de llegada.
La composición "Mi madre, La Oca" (1908) de Maurice Ravel, fue compuesta para niños, como un dueto de piano a cuatro manos, para que sus destinatarios pudieran evocar el mundo de los sueños, de los cuentos de la infancia, y que llegaran a soñar con ellos, e incluso a interpretarlos a través de la música.
Esta obra fue estrenada por niños de 6 a 10 años, que no eran virtuosos, ni prodigiosos. Durante el preludio, centellean los instrumentos de metal y de madera, mientras que las cuerdas realizan unas sonoridades mágicas, llenas de murmullos y de llamadas que preparan y despiertan expectativas para ingresar en ese universo de sueños infantiles.
Cuando Ravel compuso esta obra tenía treinta y tres años, era un músico apreciado, estaba en el esplendor de su carrera, aunque también era discutido por su estilo personal, distante de las corrientes de moda de su Francia natal.
Ravel es uno de los grandes orquestadores del Siglo XX, concebía la música como obra para piano y posteriormente la convertía en obra orquestal.
En el caso de la versión para orquesta de "Mi madre, La Oca", sale un ballet cuyo argumento fue creado por el propio compositor que supo ampliar la partitura. Es una de sus mejores obras, en ella revisa su lenguaje, lo simplifica y despeja su escritura.
Esta obra didáctica tendrá la participación de Andrés Araya García, como narrador, y la orquesta estará dirigida por la maestra Elizabeth Vergara Gallero.
Sobre Ravel
Joseph Maurice Ravel (1875- 1937) Compositor francés del S. XX. Nació en el País Vasco francés, heredó de su padre, ingeniero suizo, su afición por los artilugios mecánicos y de su madre, de origen vasco, su atracción por España. Ingresó en el Conservatorio de París (1889) donde se destacó por sus composiciones originales.
Concebía su arte como un precioso artificio, un recinto mágico y ficticio alejado de las preocupaciones cotidianas. Es considerado el máximo representante de la escuela moderna de la música francesa.
A pesar de no contar con el apoyo de los músicos conservadores, Ravel era muy apreciado por su tratamiento del color instrumental, del timbre y de la combinación de los diferentes instrumentos.
En él convivía el placer hedonista por el color instrumental y la marcada austeridad, reflejo de su vida solitaria. Stravinsky dijo de él: “Su obra es la de un artesano obsesionado por la perfección formal y técnica”.