Uno de los hijos de Palomo contó lo ocurrido el día que su madre desapareció
En el Salón de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial se llevó a cabo una nueva jornada de la audiencia de debate seguida por el homicidio agravado a Sandra Silvia Palomo. El hecho ocurrió el 31 de agosto de 2019. Entre otros, declararon un hijo de la víctima, efectivos policiales y el hombre que encontró el cuerpo de la víctima en una zona rural, cerca del río Arenales.
En la causa, Ian Esteban Caro, Ricardo Nahuel Bonifacio, D. R. C. y H. E. C. (menores al momento del hecho) están imputados por la fiscalía interviniente como partícipes secundarios del delito de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento criminis causa y por mediar cuestión de género. La parte querellante, en tanto, considera a los cuatro jóvenes coautores. L. N. C. V. (15 años al momento del hecho), fue sobreseído por inimputabilidad. El menor había sido acusado del delito de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento criminis causa y por mediar cuestión de género.
El abogado defensor de Ian Esteban Caro solicitó que el menor sobreseído sea citado nuevamente a declarar durante la reconstrucción de los hechos, que se llevará a cabo el 21 de junio próximo. El resto de las partes adhirieron al pedido.
El primero en declarar fue un hijo de Sandra Palomo. Ese día tenía un partido de fútbol en el predio de la Universidad Católica y debía cambiarse de ropa. Se fue en la camioneta de su madre y regresó a su casa. Su madre le avisó que se iba a hacer unas compras (esa tarde tenían que asistir al bautismo de un nieto de la damnificada). Ella le pidió que se ocupara de la comida que había dejado en el horno. Eran como las 11.30. El testigo señaló que, cumpliendo con el encargo que le habían dado, le dio de comer a su padre y, luego, ambos se acostaron a dormir la siesta.
Entre las 14 y las 15 le envió mensajes a su madre y la llamó preguntándole a qué hora volvía. Sin respuestas comenzó a desesperarse. Se comunicó con su tía y con sus hermanos para saber si sabían algo de su madre. El testigo contó que se le ocurrió revisar la computadora de su madre. Ella tenía abierto su correo electrónico y él sabía que podía rastrear su celular a través de una aplicación. Entró y la señal le marcaba una ubicación cerca de Cielos del sur. Dijo que su tía se había encargado de ir a la comisaría a hacer la denuncia. Con su hermano decidieron ir hasta Cielos del sur y llevaron con ellos a su padre. Ante una consulta de la jueza, el testigo precisó que ambos decidieron llevar al padre porque él, por su enfermedad, no toma decisiones por sí solo.
Al llegar, constataron que la ubicación detectada correspondía a una finca. No vieron nada raro. El testigo indicó que la policía iba y venía realizando preguntas. En la noche revisando una vez más la aplicación que había consultado antes, él logró identificar la posible ruta del celular de su madre y llamó a la policía para informarlo. Indicó que su hermano le comunicó que acababa de ver la camioneta de Palomo sobre la calle Los Naranjos. Observó que el rodado estaba sucio y. pudo ver una media blanca en el piso. Abrieron la cubierta de la caja y encontraron un envase con líquido azul.
En ese momento arribó un móvil de la policía y les indicaron que no tocaran nada más. Luego intervino personal del CIF. Al día siguiente la policía les pidió ropa de su mamá para hacer un rastrillaje en la finca cercana a Cielos del Sur.
Hasta el mediodía no hubo novedades pero luego los llamó un tío, para comunicarles que habían encontrado a su madre sin vida.