Violencia institucional: Yolanda Vargas, otro Santos Clemente Vera
Para Sonia Escudero, el caso de Yolanda Vargas, la joven madre de Colonia Santa Rosa, se parece al de Santos Clemente Vera, víctima de un sistema penal desigual que castiga a los más vulnerables mientras otorga privilegios a los poderosos.
Ambos casos exponen la crudeza de un derecho penal que opera como el espacio de la máxima discriminación, dejando en evidencia un modelo profundamente clasista, patriarcal y racista.
Escudero recordó que Yolanda, abandonada por su pareja y con dos hijos pequeños, enfrentaba una vida atravesada por múltiples violencias: física, económica, psicológica e institucional.
A pesar de estas adversidades, informes de agentes sanitarios destacan que era una madre responsable: sus hijos estaban sanos, bien alimentados y vacunados.
Sin embargo, en febrero de 2021, una tragedia cambió su vida para siempre. Un cortocircuito en la instalación eléctrica de su vivienda precaria provocó un incendio que acabó con la vida de sus dos pequeños.
Desesperada, Yolanda intentó rescatarlos, pero fue detenida por la policía. En medio del dolor, su tragedia fue respondida con el arresto y un proceso penal.
“Criminalizar la pobreza”: Sonia Escudero sobre el caso
La ex senadora ha sido contundente al denunciar este caso como un ejemplo de “la atrocidad del sistema penal actuando sin contención”.
Según Escudero, “se criminaliza la pobreza al culpar a una madre joven, sin estudios ni recursos, por un accidente que es consecuencia directa de la falta de políticas sociales adecuadas”. Escudero subraya que el expediente judicial expone un sistema profundamente desigual, donde las decisiones judiciales reproducen un modelo patriarcal y machista, cargando exclusivamente sobre las mujeres la responsabilidad de las tareas de cuidado.
Un sistema penal clasista y discriminatorio
Al igual que en el caso de Santos Clemente Vera, Escudero señala que el sistema penal argentino actúa con un doble estándar. Para los ricos y poderosos, es un “derecho penal mínimo”, mientras que, para los pobres y marginados, como Yolanda, es inflexible y punitivo.
“El encarcelamiento de una madre que ya perdió a sus hijos no solo es innecesario, sino cruel”, afirma Escudero. “La justicia debería enfocarse en reducir las causas estructurales de la pobreza, no en castigar a quienes la padecen”.
¿Qué está en juego?
El caso de Yolanda es un llamado urgente a la reflexión.
En lugar de respuestas punitivas, la sociedad necesita políticas públicas que garanticen derechos básicos, como viviendas seguras, oportunidades educativas y económicas.
La tragedia de Yolanda no es un hecho aislado, sino un reflejo de la ausencia del Estado en la vida de los sectores más vulnerables.
Concluye Sonia Escudero, “debemos impedir que se consuma una nueva injusticia”. Este caso no solo afecta a Yolanda, sino que nos interpela como sociedad: ¿Qué tipo de justicia queremos construir? Una que castigue a las víctimas de la pobreza o una que busque soluciones reales para erradicarla.