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Las amenazas contra derechos de los pueblos indígenas generan preocupación

El Día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado cada 9 de agosto, este año adquiere un tinte especialmente preocupante en Argentina.

En medio de un contexto marcado por el negacionismo del Gobierno Nacional, las políticas que históricamente han protegido los derechos de las comunidades indígenas se encuentran bajo una amenaza inminente. La reciente clausura del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y la propuesta de cierre del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) son claros indicios de este retroceso.

Para el senador Walter Cruz, senador de Iruya, esta medida refleja una clara posición discriminatoria del presidente Javier Milei hacia los pueblos originarios desde el inicio de su mandato. “No nos sorprende, porque en este gobierno nacional tenemos apellidos como Bullrich, asignados en la campaña del desierto. Entonces, no sorprende, pero sí duele”, expresó Cruz en diálogo con Nuevo Diario. Además, destacó que un posible cierre del INAI significaría un “una gran mezquindad hacia los pueblos originarios”.

Durante los últimos años, el INAI logró un fuerte avance en el reconocimiento de los pueblos y en la entrega de carpetas técnico-catastrales, además de la conformación del Consejo de Participación Indígena, que estableció una mesa de diálogo directo con el gobierno nacional. Sin embargo, la actual coyuntura pone en riesgo estos logros y siembra incertidumbre. Asimismo, la avanzada del extractivismo y la explotación de recursos naturales, impulsada por leyes como la Ley Bases y el RIGI también preocupa a las comunidades indígenas, quienes ven en estas políticas una amenaza directa a sus territorios y modos de vida. En Salta, aunque se ha logrado avanzar en algunos derechos fundamentales gracias a las luchas de las comunidades, aún persisten demandas cruciales como el acceso al agua potable y a una vivienda digna. Además, el retroceso en las políticas de género que protegían a mujeres, niñas y disidencias víctimas de abusos por parte de criollos, añade una capa más de vulnerabilidad a estas comunidades.

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