El Fondo Monetario pide un amplio apoyo político en el nuevo acuerdo
En medio de las fuertes disputas dentro del oficialismo, el vocero del Fondo Monetario Internacional (FMI) Gerry Rice expresó hoy que el programa que firmará con el Gobierno necesita un amplio apoyo político interno para ser exitoso.
En su habitual conferencia de prensa, Rice, indicó que si bien el organismo multilateral no se suele referir a cuestiones de política doméstica, un “apoyo amplio a nivel político será crítico para lograr el éxito del programa”, en particular para que el país se “adueñe” de las obligaciones incluidas en el acuerdo técnico.
Rice afirmó que el directorio debatirá este acuerdo apenas el Senado apruebe la ley de endeudamiento, aunque no brindó precisiones sobre la fecha de la reunión, pese a que la Argentina debe pagar entre lunes y martes unos USD 2800 millones al organismo multilateral.
En primer término el vocero hizo referencia al impacto humanitario y económico de la invasión rusa a Ucrania y advirtió que afectará el crecimiento global y generará mayor inflación, en una magnitud que todavía dependerá de la persistencia del conflicto bélico.
En este sentido, Rice admitió que el staff “tiene en cuenta” el impacto de esta guerra sobre el “crecimiento y las cuentas externas y fiscales” de la Argentina -y otros países emergentes- para evaluar el desempeño del nuevo programa.
El acuerdo de facilidades extendidas
Ante algunas preguntas sobre el conflicto entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Kirchner, indicó: ”No comentamos sobre asuntos de política doméstica, pero como hemos afirmado previamente, tenemos la visión de que un amplio apoyo político y civil en Argentina será crítico para el éxito del programa económico; un amplio apoyo doméstico a nivel político es clave”.
”El programa buscará restablecer el crecimiento con la implementación de medidas que permitan restaurar el crecimiento y proteger a la sociedad”.
”El programa comenzará con medidas para reducir la alta y persistente inflación con una estrategia múltiple, que incluye una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal y una nueva estructura para la implementación de la política monetaria que permita tener tasas reales positivas para apoyar la demanda de pesos. Este será un asunto desafiante, sobre todo en esta coyuntura global y en particular el impacto de la suba del precio de las materias primas sobre la inflación en todo el mundo”.
”Estamos en permanente discusión con las autoridades argentinas para llevar este acuerdo técnico con el staff para su aprobación en el directorio, que espera discutirlo luego de que el congreso nacional de Argentina el programa económico y financiero. No tengo una fecha todavía para la reunión del directorio, pero hay que estar alertas”.
”En cuanto al impacto de la guerra, Argentina, como otros países emergentes ya está siendo afectada por la guerra, incluyendo la suba de los precios de las materias primas que influye sobre la inflación. El staff tomará en cuenta el potencial impacto sobre el crecimiento y sobre las cuentas externas y fiscales del país. De todos modos, todavía hay mucha incertidumbre que dependerá de la duración del conflicto”.
“Sobre el nuevo programa de facilidades, si el directorio establece un nuevo programa con períodos más extensos para pagar la deuda, el staff del FMI estará feliz de trabajar con las autoridades de la Argentina para ver si puede ser parte de esta iniciativa que luego debe ser aprobada en el board, al igual que en otros países”.
Los ejes del acuerdo
Al respecto, se prevé que esta noche el Senado apruebe la ley que autorizará al Gobierno a endeudarse con el FMI para refinanciar la deuda de unos USD 40.000 millones más los USD 5000 millones ya pagados desde 2020 por el préstamo contraído durante el gobierno de Mauricio Macri.
El memorando de entendimiento enviado al Congreso por el Ministerio de Economía indica que “el programa estará monitoreado mediante revisiones trimestrales, medidas previas, criterios de ejecución cuantitativos, metas indicativas y parámetros de referencia estructurales”, afirma el documento.
El acuerdo habilitará a 10 revisiones trimestrales para distintos criterios de política económica, que incluirán el déficit primario, la asistencia monetaria desde el Banco Central al Tesoro y acumulación de reservas, entre otros puntos. El cumplimiento de estas metas serán determinantes para que el Gobierno pueda recibir los desembolsos del organismo.
El entendimiento técnico estipula que el esquema de objetivos macroeconómicos diferencia dos aspectos: criterios de ejecución y metas indicativas. Para marzo y junio, las dos primeras instancias trimestrales de evaluación, las cifras tentativas fueron expuestas como criterios de ejecución mientras que las de septiembre y diciembre son metas propiamente dichas.
Según el detalle publicado en el documento girado al Congreso, a fines de marzo el Gobierno debería haber cumplido con las siguientes metas:
– Metas fiscales: si bien no estipula un techo para el primer mes de evaluación, la cifra que actuará como referencia de “piso” para el caso del déficit primario de la administración nacional será de $222.300 millones. Además, solo permitirá un valor de 535.900 millones de pesos como deuda “flotante”, es decir pagos atrasados del ejercicio anterior. Este último número se mantiene fijo a lo largo de 2022. Como referencia, los únicos datos fiscales publicados son los de enero, que mostraron un rojo primario de casi $16.700 millones.
Fotografía de archivo en la que se registró al portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gerry Rice, quien valoró positivamente el diálogo que está manteniendo el FMl con las autoridades argentinas, pero matizó que todavía no puede ofrecer una fecha específica. EFE/Michael Spilotro
Habrá también un criterio de ejecución que el acuerdo considera “continuo”, y que no tiene cambios a lo largo de los cuatro trimestres: la no acumulación de atrasos de pagos de deuda externa por parte del gobierno. En este aspecto, la tolerancia será cero en el programa financiero acordado este jueves.
Luego habrá metas indicativas para dos aspectos: recaudación y gasto social. En el primer aspecto, el Gobierno debería tener un ingreso real 2,417 billones de pesos entre los primeros tres meses del año. Además, habrá erogaciones en programas de asistencia social que tendrán un cupo mínimo de casi $152.000 millones. Según la definición acordada, estarán incluidas la Asignación Universal por Hijo, Asignación por Embarazo, y Ayuda Escolar Anual, la Tarjeta Alimentar y el plan Progresar.
– Metas monetarias: habrá dos criterios de ejecución y una meta cuantitativa. En el primer grupo se listan el piso de variación reservas internacionales netas del Banco Central y el tope del financiamiento monetario desde la autoridad monetaria hacia el Tesoro. Hacia finales de marzo, las reservas deberían haber aumentado USD 1.200 millones en forma neta, mientras que la monetización del déficit tendrá como techo una suma de $236.800 millones. La última meta que deberá cumplir el BCRA es la de la intervención en el mercado de futuros, en el que habrá un tope de USD 6.000 millones como saldo.
La primera revisión será en junio, tres meses después de aprobado -eventualmente- el programa en el Congreso y en el directorio del FMI. En esa instancia, el déficit primario debería ser cercano a $566.800 millones, los ingresos del Estado acumulados de 4,7 billones de pesos, un gasto social que sea como mínimo de $318.000 millones, las reservas deberían haberse incrementado 4.100 millones de dólares en forma neta y la monetización del déficit no podrá superar los $438.000 millones.
Hacia septiembre, las metas indicativas hacia los $912.000 millones de desequilibrio fiscal primario, 6,9 billones de pesos de ingresos fiscales, $494.000 millones destinados a gasto social, USD 4.400 millones acumulados en el BCRA y $613.000 millones de emisión monetaria para financiar al Tesoro. Por último, en diciembre el déficit primario redonderá los 1,758 billones de pesos (2,5% del PBI), 8,9 billones de recaudación, $707.000 millones para programas de asistencia, USD 5.800 millones de colchón de divisas acumulado y $705.000 millones de asistencia monetaria al Tesoro.