Otra mirada al desarrollo minero; “recién ahora se la considera fundamental”
El lunes 13 último, en el Nuevo Diario de Salta, el Lic. Ezequiel Rojas Frondizi se explaya sobre la importancia de la Minería como catalizador del desarrollo. Estas líneas, en cierta medida son la respuesta, u otra mirada, a ese artículo.
La citada nota, al mismo tiempo presenta, con buena data, cruzando información elaborada por la CEPAL (Centro Económico para América Latina) y los Objetivos para el 2030 de las Naciones Unidas, trazando un cuadro de los conflictos derivados de la construcción de Infraestructura y del manejo ambiental de la misma.
Los casos relevados corresponden a Chile, Perú, Australia y Canadá.
Pero ¿cómo andamos en la Argentina?
Resulta muy interesante porque en nuestro país, a pesar de tener minería desde la colonia, su desarrollo recién ahora comienza a ser considerado fundamental. Es como si hubiéramos estado viviendo de espaldas a la cordillera (tan obnubilados estamos de la riqueza pampeana).
Una parte importante de esta mirada se origina en el auge del Litio como mineral destacado, pero no se puede olvidar que el cobre no viene muy rezagado en cuanto a intenciones de explotación, con proyectos mineros de categoría mundial, así como el oro.
La minería siempre genera presión sobre el medio ambiente. Lo hace desde sus impactos directos como de sus impactos indirectos.
Para ser claros, sus impactos ambientales directos son las alteraciones del paisaje necesarios para producir la explotación. Hacer agujeros y amontonar piedras en algún lado es la práctica habitual. Otro impacto directo lo constituye la utilización del agua local para la explotación.
Indirectamente, podemos hablar de una serie de impactos relacionados con el traslado de minerales por carreteras no acondicionadas, o el aumento de los alquileres en la zona de influencia. Siempre habrá discusiones sobre si estos impactos son más o menos directos.
Pero la minería tiene también impacto sobre la población asociada. Se entiende por tal a dos grandes grupos humanos: los habitantes de la región y los trabajadores vinculados a la explotación.
Terceras partes, como ONGs o particulares interesadas en la problemática son muchas veces "caja de resonancia" de los conflictos y terminan siendo actores relevantes por su llegada a centros de propalación de mensajes, alcancxe que la población local no tiene.
Cuando se habla de los beneficios producidos por la minería se debe entender a la Empresa inversora, los trabajadores, las poblaciones vecinas y al Estado, como articulador.
Solo podemos entender al beneficio de la minería como un beneficio que puede impactar sobre los 4 (cuatro) actores de la explotación.
Se debe analizar a los sectores, sus expectativas y alcanzar una propuesta que integre los intereses de cada grupo involucrado. En este trabajo, que hoy no se realiza en la Región, al Estado le corresponde velar por el ambiente "en cada una de las etapas" de la explotación. No existe ONG que pueda suplantarlo, pero no hay Estado o Gobierno, que no deba ser monitoreado para que de una buena vez cumpla con sus obligaciones.
Los conflictos entre las mineras y los "actores involucrados" existirán mientras no exista una planificación estratégica consensuada. En este sentido el trabajo del Lic. Rojas Frondizi es ilustrativo.
Como también es claro que en la Provincia de Salta esta Planificación no existe.
Félix González Bonorino, Licenciado en Sociología.