Crudos testimonios en el juicio por el femicidio de Anahí Girón
En audiencia de debate en la causa seguida contra Hernán Nicolás Viveros, por homicidio agravado por mediar violencia de género en perjuicio de Rebeca Anahí Girón (17), el viernes hubo testimonios de vecinos de Villa Angelita y de 13 de abril que conocían a la víctima así como al principal imputado por su muerte. En la semana además se conoció un informe aportado por una perito del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF).
El hecho ocurrió en septiembre de 2015, en una vivienda abandonada ubicada en Villa Angelita.
La profesional del Servicio de Biología Molecular Forense del CIF que efectuó un informe sobre muestras de ADN colectadas, indicó que no se detectó compatibilidad con el imputado ni con los otros sujetos investigados, y que en los hisopos vaginales y en las uñas de la víctima se detectó perfil de un mismo masculino que no corresponde a las muestras indubitadas.
Entre los testigos que comparecieron estuvo un vecino de barrio Ceferino que conocía a Girón. Contó que solía verla en situación de calle y que una vez la llevó a su vivienda para que “se rescatara un poco”. Ella se quedó tres o cuatro días y le contó que se había ido de su casa porque su padrastro abusaba de ella y su madre era adicta. Unas semanas después volvió a encontrarla en la zona de El Bajo, otra vez a la deriva. El testigo aportó que la joven andaba en las “ranchadas” (lugares donde personas se reúnen para drogarse), con diferentes grupos. Sabía que se prostituía y robaba para consumir. Supo nuevamente de ella cuando la policía fue a buscarlo, en 2015, para que declarara. Ahí le contaron que había aparecido muerta.
Por otro lado, una joven de barrio 13 de Abril dijo que conocía al acusado porque era pareja de una amiga suya.
Relató que previo al hallazgo del cuerpo de Girón ella se encontraba con su novio en un auto, tomando cerveza, frente al baldío conocido como “La quinta”. También declaró un joven que conocía al imputado porque ambos integraban un mismo grupo en Villa Angelita. Uno de los puntos de encuentro era “el arbolito”, ubicado cerca de la construcción abandonada donde fue encontrada la víctima. Contó que la tarde previa al hallazgo estuvieron ahí aproximadamente desde las 18. Se juntaban a tomar y a fumar “faso”. Eran como quince muchachos. Entre ellos estaba el imputado.
El testigo sostuvo que, como a las 20, él se retiró a la casa de unos amigos porque tenía que preparar las cosas para irse de campamento al día siguiente. Un grupo de muchachos se quedó en “el arbolito”. Cerca de la medianoche, Viveros y otros dos chicos se acercaron al lugar donde se encontraba él con sus amigos (Santa Fe y Zambrano) y contaron que habían visto una chica muerta.