El Viernes Santo, ante una multitud, el obispo habló de paz y de ser “humanos”

Tras la lectura de los hechos de La Pasión de Cristo, frente a una multitud en el cerro San Bernardo, monseñor Mario Cargnello dió su mensaje en el que marcó la necesidad de que cada uno sea generador y constructor de la paz, de cada lugar en el que le toca desarrollarse. También hizo referencia a la clase política, la que debe unirse, “si esto no ocurre nos destruiremos”.
Como es habitual cada Viernes Santo, desde la década del 90, feligreses acompañan con sus cruces y sus rezos, a la Cruz que simboliza el peregrinar de Jesús en esta jornada que precede al Sábado de Gloria.
Así durante su homilía Cargnello, señaló que “este Vía Crucis lo hacemos dentro del año Santo, acompañando la cruz signo del Año Santo. Ya lo dijo el papa Francisco, solo se abren las cuarro puertas santas, San Juan de Letran, San Pedro, San Pablo y la de María, y una más en una cárcel”, sostuvo al hacer referencia al Año Jubilar que se está transitando. Posteriormente destaca que Jesús en esa cruz, representa a toda la humanidad, que sufre en este tiempo las contradicciones, que golpean a los jóvenes, niños, ancianos. Aquí, el pecado genera contradicciones y divisiones, la cultura nueva menosprecia, a la familia tradicional; los que sufren son los hijos”.
Destacó que los niños tienen derecho a un clima de comunión, “esta falta genera desorientaciones y dolores, y la cultura que vulgariza todo el afecto, el amor, crea desconcierto y resentimiento”, sostuvo.
Luego destaca que toda esa desorientación lleva a que se desemboque en la droga, flagelo que atraviesa a todas las clases sociales.
“Destruye a la juventud, a los niños, la familia y la sociedad, y la dirigencia solo se pelea, creen que tiene la varita mágica, para solucionar. Y si no nos juntamos, nos destruimos nosotros, frente a eso, el soporte es la cruz en el Señor crucificado”, remarcó.
“Ninguno nació de casualidad, pueden no haberme querido, pueden haberme querido abortar, abandonado, entregado, pero Dios no, Él me amó desde siempre. Todo hombre es pensado y querido por Dios”.
Finalmente, al hacer referencia a la misión de cada uno, sostuvo la necesidad de ser constructores de la paz, ser buenas personas, donde se deben valorar no se deben disminuir”, soy templo del Espíritu, templo de armonía, los jóvenes deben mantener el entusiasmo en la vida, en sus valores”.
Sábado Santo: silencio y reflexión hasta la medianoche
La liturgia de hoy marca que en este Sábado de Gloria a la medianoche, Jesús resucitará de las tinieblas, marcando que el Domingo de Pascuas ha llegado.
En las parroquias y en la propia Catedral Basílica, se celebrarán las misas respectivas entre las 20 y 22 según horarios, para bendecir el fuego y el agua. Es un día de reflexión y silencio, marcado por la ausencia de misa y la preparación para la Vigilia Pascual. Las iglesias permanecen abiertas para confesiones y retiros espirituales, y en la noche se celebra la Vigilia Pascual, que incluye la bendición del fuego nuevo, lecturas bíblicas, renovación de las promesas bautismales, y la Eucaristía. La bendición del fuego en el exterior del templo, que enciende con ese fuego el Cirio Pascual para dirigirse al interior del templo, mientras la iglesia permanece solo iluminada por las velas. Se entona el Pregón Pascual.